Mi alma llama ser libre. La danza es para mí un refugio de libertad, donde es imposible pensar. Desde dónde puedo compartir mi verdad. La autenticidad del momento. La tierra me sostiene, me confirma y me inspira. Siento que me abraza constantemente y que no me deja, que me hace formar parte, y ahora aquí, bailo tranquila lo que soy. Bailo el momento. Bailo desde el alma dócil. Bailo sin pensar. Comparto mi momento desde una escucha con todos los sentidos, pero sobre todo con una escucha interna. ¿Qué es lo que me mueve a hacer realidad el siguiente movimiento? Sin juzgar lo que surge, aceptando, dejo que el movimiento me lleve a lo inesperado, a que me sorprenda acompañada por el cello, interpretando sonatas de Vivaldi.
A cargo de Isabel Ollé
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