Esta semana se han instalado 19 contenedores de recogida de aceite en la vía pública, los cuales estarán disponibles las 24 horas del día. A partir de septiembre se instalarán nuevos contenedores en otros puntos y equipamientos de la ciudad. Con la recuperación del aceite de cocina usado es posible la creación de biocombustible y potenciar la valorización de un residuo que actualmente genera muchos costes para su gestión. El reciclaje de aceite se asegura una correcta gestión de este residuo a través de una empresa especializada que lo convertirá en bio-diésel.
Este servicio está gestionado en la parte de la recogida y transporte por la entidad social Solidança, que se dedica a promover la inserción sociolaboral y la formación profesional de personas en situación de vulnerabilidad social del entorno a través de actividades vinculadas a la gestión de residuos y a la economía circular. A través de este servicio, se generan nuevos puestos de trabajo para personas en riesgo de exclusión.
En estos contenedores se recogerá solo aceite de cocina usado (no aceite de motor). El aceite tiene que llevarse en una botella de plástico o garrafa de plástico de hasta 5 litros bien cerrada, e introducirla en el contenedor. No se pueden utilizar botes de vidrio para que no se rompan, no se podrá tirar el aceite a granel en el interior del contenedor ni está permitido dejar botellas fuera de los contenedores.
¿Por qué tenemos que gestionar el aceite correctamente?
El aceite es un residuo que se tiene que gestionar correctamente, ya que si se hace de manera inadecuada, los aceites se vuelcan por el fregadero o el váter, y son una fuente de contaminación de las aguas de ríos y lagos, que causan problemas en las redes de saneamiento y sobre costes a las estaciones depuradoras de aguas residuales. Como fuente de contaminación, un litro de aceite usado aproximadamente contiene 5.000 veces más carga contaminante que el agua residual que circula por las alcantarillas y redes de saneamiento, y puede llegar a contaminar 40.000 litros de agua, que es equivalente al consumo de agua anual de una persona a su domicilio.
