La revolución de la movilidad sostenible a la C-245

La reforma de la carretera entre Castelldefels y Cornellà, con 2,5 km por Viladecans es un importante paso para potenciar la movilidad sostenible entre municipios y hacer más atractivo el uso del transporte público.

Consensuada entre la Generalitat, el área Metropolitana de Barcelona y las cinco ciudades por las que pasa la C-245, la reforma de la carretera, por un lado, hace más seguros los desplazamientos en vehículos de movilidad personal con una nueva vía ciclable sobre acera y, de la otra banda, hace más atractivo el uso del autobús con un carril de circulación exclusivo. Este carril bus segregado permitirá poner en marcha el Metrobús, un bus rápido de alta frecuencia que reducirá un 25% el tiempo de trayecto actual. Este contará con prioridad semafórica y se beneficiará de medidas para aumentar la velocidad como, en el caso de Viladecans, la construcción de un carril bus atravesando por medio la rotonda delante el tanatorio. Además, el servicio contará con máquinas de billetes en las paradas, para evitar la venta a bordo. El coste de la reforma de los 12 km de la C-245 es de 31,7 millones. De los 8,38 millones que cuestan a la ciudad las obras, el Ayuntamiento pagará 5,65 millones y la Generalitat, 2,73.

Lucha contra la contaminación
Este nuevo eje cívico de 2,5 km en Viladecans, que aspira a reducir la contaminación rebajando el uso del vehículo privado, ampliará calzadas para tener cuatro carriles de circulación, dos de estos reservados al autobús. A tocar del Barrio Antiguo, pero, por la falta de espacio, todos los vehículos seguirán compartiendo la calzada en un tramo de 300 metros entre la calle de Sant Josep y la carretera de la Vila. Por otro lado, para garantizar el carril bici, es imprescindible modificar o eliminar espacios de estacionamiento de vehículos en algún punto en los barrios de Ponent y de la Torre-roja. Las obras, que se hacen por tramos durante dos años y sin cortar el tráfico, las ejecutarán más de 30 trabajadores de forma directa o en servicios contratados. Antes del inicio de cada tramo, el Ajuntament informa al vecindario, comercios y empresas de las afectaciones.

Una importante inversión que viene de largo
Desde hace más de quince años se han sucedido propuestas a la reivindicación de los ayuntamientos a la Generalitat para transformar la carretera C-245 en una vía más cívica entre Castelldefels y Cornellà. El año 2015, se implicó el área Metropolitana de Barcelona (AMB), que diseñó un proyecto priorizando la mejora de la movilidad sostenible, alejado de las intervenciones más ambiciosas y radicales planteadas en otro contexto económico. Con la propuesta se convenció a la Generalitat de hacer la inversión de forma compartida con el mundo local. Además, el AMB se comprometió a financiar el coste a los ayuntamientos y que estos le devuelvan en un máximo de ocho años. Desencallado el aspecto económico, en otoño del 2019 se firmó el acuerdo y, en diciembre, la Generalitat abrió el concurso público para escoger las empresas que harían la obra, puesto que se adjudicaba un contrato por municipio para agilizar la actuación. Este trámite culminó en primavera con la adjudicación de los contratos, que legalmente ya no se podía parar cuando irrumpió la COVID-19.

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